Reloj bioilógico



Indignado mi ser se levanta cada mañana, suena el despertador retumbando mi almohada. Es la hora de levantarse. Cinco horas y medio, ¡Ufff que lujo! Una ducha rápida, un café cargado, limpiarse los dientes, guardar el ordenador y camino del trabajo. Puede ser cualquier día del año , de cualquier persona del mundo.

El orden cambia, el contenido también. Podemos ver en grandes ciudades, como toman el café por la calle (me encanta andar saboreándolo). No hay tiempo para nada, hay que solapar actividades.

El trabajo de hace unos años era netamente físico. Un hombre de mediana edad, peludo, comiéndose un plátano, mientras que se rascaba el sobaco (es mi mejor descripción de un mono a éstas horas), entre carga de sacos, arado, ... su cuerpo no necesitaba de su mente, y si ésta hablaba sin que se le preguntara, un tinto o un aguardiente, la dejaba en letargo.

Oh! dorados tiempos para el hombre, diría un poeta. Dorados al sol, silbando despertando a los gallos, mientras los pájaros comienzan a piar.

Hoy en día no terminas de trabajar, no desconectas, tu mente manda, y tu físico es un esclavo que la sigue. Deambula en el letargo mientras que el cerebro hace millones de operaciones por segundos.

Por fin, tienes un día tranquilo, no tienes prisa, ni nada que hacer. No es el día de San Cristobal , en el que 50 camiones festejan su día. No es nada, no es un día, es tu día. Descansar, descansar, descansar, ... es lo último que pensaste la noche anterior.

De repente te despìértas relajado, sin cansancio, miras el reloj, hoy no ha sonado, incluso su tictac suena mas bajo. Pero te das cuenta de que es temprano, no querías madrugar. No tienes nada que hacer, no hay objetivos, no hay café hecho, el gas se ha acabado, pero estás despierto. El gallo aún tiene una cerveza en la mano, y tu ya estas con los ojos como platos. Cinco horas durmiendo y estas en pie.

Amigo, vivimos en un mundo enfermizo, esto es antinatural. Negamos constantemente nuestro evolución de los monos, negamos nuestra condición de animal, tendemos a mecanizarnos y automatizarnos. Quiero liberar mi mente , quiero parar mi reloj biológico.

Hoy es martes, tres de noviembre de dos mil nueve.

2 comentarios:

fany 3 de noviembre de 2009, 12:39  

ok, el comentario que ha salido en transeunte era para esta entrada, jejeje. Ves? toy fatal, jejeje
Un beso josete!!

Dasha 8 de noviembre de 2009, 21:45  

oye, me ha gustado la entrada. y por cierto, me encana tanbién tomar café por la calle. hay algo en esto :)
suerte en todo, Jose!

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