Un cigarrillo de liar



Las doce y cuarto de la noche, música de jazz de fondo, St. Germain exactamente. Uhm, me gusta Francia como sitio para rodar, al menos unas escenas, pero no en París, es muy caro. Además, éstos parisinos siempre me ponen dos azucarillos en el café, sin ni siquiera preguntar. ¿Acaso no saben que los gramos de azúcar, nunca pueden superar al tanto por ciento de cafeína? Por el aroma el café es africano, he perdido el hilo, ah si, ya, voy paseando por un pueblo pequeño de la bretaña francesa, es muy pequeño, muy rural. La gente es casi toda mayor, seguro que es el típico sitio del que la gente joven emigra a las grandes ciudades. Pero será época de fiestas, y habrán venido de vacaciones, tampoco quiero un sitio vacío, lo quiero con personalidad, pero movimiento que de juego, si creo que eso lo tengo claro. En cuanto a los personajes, a éste entorno le viene muy bien una persona muy complicada, solitaria, muy personal, que valga la redundancia. Serán dos, dos chicas. Una de ellas nunca ha salido de allí, veintitantos, casi treinta. La otra no llega a los veinticinco, pero ha viajado mucho y aparenta tener más. En principio está bien, no necesito a más, al menos para la trama principal. Quiero diálogos cortos pero muy intensos, tengo que ser preciso con lo que quiero transmitir. La primera escena tiene que ser ya con ellas dos, no quiero preámbulos, tiene que ser muy directa para desbordar al espectador y que se llene con la historia, tiene que sentirla desde el principio. La chica joven acaba de salir con las maletas de la estación ... nono, es un pueblo pequeño, no hay estación. Ha venido en autobús, y le ha dejado en las afueras, donde todo es de tierra, por lo que al estar lloviendo está todo embarrado y se ha manchado los pies. Si, lleva pelo largo, empapado al minuto de bajar, y con vestimenta cosmopolita, la maleta con ruedas no puede andar por el barro, por lo que tiene que subirla. Tras caminar unos 100 metros, ve a la otra chica, sentada en el porche de su casa, fumando un cigarrillo de liar, mirando al cielo, contando las gotas que caen por una rendija del pequeño tejado que le cubre.

- Perdona, acabo de llegar y no se como llegar al hostal "Mme Eglantine", ¿me podrías ayudar?.

Pasan cinco segundos ...

- ¿Sabes qué?, Estoy melancólica.

1 comentarios:

La Camarera 29 de junio de 2010, 22:53  

Me has hecho caer en la cuenta de que Francia es muy cinematográfica... Cualquier pueblecito francés de los (no muchos) que he visto, tiene un montón de escenarios de cine. Oh là là!

Por cierto, ¿en serio los gramos de azúcar nunca pueden superar al tanto por ciento de cafeína?

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